domingo, 17 de noviembre de 2013

Sensaciones irrepetibles.

Muchas veces queremos volver a vivir aquella felicidad de cuando con 5 años jugábamos al escondite y conseguiríamos no ser encontrados hasta el último momento para poder salvarte a ti y a todos tus compañeros y sentirte el mayor héroe posible. También nos gustaría volver a vivir aquella sensación con 13 años que acabamos de leer nuestro primer libro gordo, aquel que no queríamos que acabase nunca porque nos tenía enganchados aquel triángulo amoroso, que nos parecía tan interesante aunque fuera un libro vacío, nos parecía el libro más fantástico del mundo. Esa película de la Barbie y el cascanueces que veíamos todo el día y no nos cansábamos de ella.



Pero, ¿qué pasaría si ahora, con nuestras nuevas circunstancias volviéramos a intentar vivir esas sensaciones y experiencias pasadas?

Posiblemente el escondite no tendría sentido y seríamos demasiado egoístas como para salvar a alguien más que nosotros mismos, el juego resultaría repetitivo y aburrido. Si volviésemos a leer ese libro nos daríamos cuenta de que es el peor que hemos leído en nuestra vida y que comparado con los muchos libros que hemos leído después de ese, ese no se merece ni el nombre de 'libro'. Y la película de la Barbie nos traería buenos recuerdos, eso los primeros diez minutos después estariamos artos de tanta cursileria y tanto rosa junto.

Esas son sensaciones irrepetibles, maravillosas en su momento, pero no cuando su momento ya pasó. Por eso y por mucho más lo mejor es vivir la vida en su momento.

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