viernes, 22 de noviembre de 2013

Tengo miedo.

Tengo miedo a la soledad. Tengo miedo a acabar en una relación por costumbre en la que mi pareja se pasa las tardes viendo fútbol en el sofá y bebiendo cervezas. Tengo miedo de la monotonía. Tengo miedo a menospreciarme y por eso aceptar cualquier cosa. Tengo miego a todo en general.



Pero, como un profesor me dijo una vez: "Tener miedo es bueno, te ayuda a buscar soluciones a tus problemas y te hace sacar un valor que pensaste perdido o que nunca pensaste tener. Sin embargo, tener pánico será tu final, te paraliza y no te deja avanzar." Y aunque su psicología puede que falle a veces; como cuando me dijo que le parecía una persona segura de mi misma, comentario al que le podría poner muchos peros; me hizo reflexionar en esa frase. Sabiendo que casi todo me da miedo, casi todo me pone nerviosa y demás me hice prometer que nunca dejaría que mis miedos se convirtiesen en pánicos.  Como todo lo escrito es más serio, pues aquí queda dicho.

Tenía miedo a tener miedo, pero ahora sé que en realidad tengo miedo a tener pánico. Todos mis miedos pueden llegar a contradecirse. Tengo miedo a la monotonía, pero también a los cambios y a lo nuevo. Dado mi larga lista de miedos y contradiciones en ellos, creo que solo queda una solución, poner prioridades en ellos y no dejar que ninguno se convierta en pánico.




PD: Acabo de descubrir un grupo que me ha encantado, aquí dejo una canción suya.

http://www.youtube.com/watch?v=u_1wrlIXnFo

martes, 19 de noviembre de 2013

Carta a adolescentes.

Querida adolescente dieciseisañera que deja que su felicidad dependa única y llanamente a la busqueda de un chico que la quiera:
Te escribo esto con el único proposito de que pienses un rato.


"-Tía, ¿por qué estás mal?
- Nadie me quiere, no tengo novio."

Al llegar a este punto de la conversación solo me apetece darme cabezazos contra la pared más cercana. Relajaos, estamos en el siglo XX y una chica de tan solo diciseis años no necesita un novio. Puede disfrutar de los chicos o tener un novio. Está bien de que esta sea la edad de que que se te rompa una uña sea una catástrofe, pero es que me enfadan las niñas que se pasan la vida tristes porque no tienen novio. ¿Pretendes casarte ya?¿Es tu abuela que te presiona?¿Es Dios que por las noches te susurra al oído que no te toques si no estás casada?


"No tengo novio, acabaré rodeada de gatos."



¿Qué tienen en contra de los gatos? Con lo preciosos que son. Está claro que la imagen de la vieja de los gatos de los Simpson han hecho mucho daño a la humanidad, pero ¿acaso es que a los dieciseis años se te acaba la vida?¿Vivir con veinte gatos y sola a los sesenta es tan malo como lo cuentan?

"Miralos, todos tienen novio"

Que en el pueblo en el que vives todo tengan novio no quiere decir nada. A mí me daría más miedo estar en una de esas relaciones que llevan casi tres años y tienen apenas diecisiete y los domingos se los pasan comiendo cocido en casa de la suegra. Prefiero estar sola y no tener que salir con mi cuñada los domingos a estirar las piernas y quejarnos de nuestros novios mientras intercambiamos los cotilleos del pueblo que hemos escuchado en pilates, a la vez que casi estar ya planeando mi voda. Con solo diciseis años creo que tienes que disfrutar de la vida, de tus amigos y de los chicos que quieras cuando quieras.
Así que chicas, relajaos.



Y nadie dice que no sea bonito tener a alguien que te quiera y te dé cariño siempre que lo necesites, pero si con dieciseis años no tienes novio no se acaba la vida. Y encerrada en casa llorando porque no tienes no lo vas a encontrar si esa es tu mayor aspiración en la vida.
En la época en la que estamos me parece triste y atrasado que la única aspiración de una chica sea tener novio.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Sensaciones irrepetibles.

Muchas veces queremos volver a vivir aquella felicidad de cuando con 5 años jugábamos al escondite y conseguiríamos no ser encontrados hasta el último momento para poder salvarte a ti y a todos tus compañeros y sentirte el mayor héroe posible. También nos gustaría volver a vivir aquella sensación con 13 años que acabamos de leer nuestro primer libro gordo, aquel que no queríamos que acabase nunca porque nos tenía enganchados aquel triángulo amoroso, que nos parecía tan interesante aunque fuera un libro vacío, nos parecía el libro más fantástico del mundo. Esa película de la Barbie y el cascanueces que veíamos todo el día y no nos cansábamos de ella.



Pero, ¿qué pasaría si ahora, con nuestras nuevas circunstancias volviéramos a intentar vivir esas sensaciones y experiencias pasadas?

Posiblemente el escondite no tendría sentido y seríamos demasiado egoístas como para salvar a alguien más que nosotros mismos, el juego resultaría repetitivo y aburrido. Si volviésemos a leer ese libro nos daríamos cuenta de que es el peor que hemos leído en nuestra vida y que comparado con los muchos libros que hemos leído después de ese, ese no se merece ni el nombre de 'libro'. Y la película de la Barbie nos traería buenos recuerdos, eso los primeros diez minutos después estariamos artos de tanta cursileria y tanto rosa junto.

Esas son sensaciones irrepetibles, maravillosas en su momento, pero no cuando su momento ya pasó. Por eso y por mucho más lo mejor es vivir la vida en su momento.