lunes, 30 de diciembre de 2013

2013

Este año a sido un año raro para mí. No sé si bueno, no sé si malo, solo sé que raro. Es un año del que reviviría la primera parte, pero del que estoy muy feliz de dejar atrás la segunda.


Este año he descubierto que cuando estoy mal y no confío en nadie, puedo escribir. Siempre me han dicho que escribo mal, que para lo que escribo mejor que me tire en la cama y escuche música y por eso ahora todo lo que escribo no se lo enseñaría a nadie. No pretendo llegar a nada, solo escribo para desahogarme.



Este año he descubierto que soy muy frágil, más de lo que pensaba. También que todo me afecta y puedo llegar a arrastrarme por las personas que quiero, aunque por eso llegue a odiarme.

Este año he vivido experiencias que espero nunca olvidar como pasar un mes en Irlanda o ir al concierto de uno de mis grupos favoritos. Pero lo malo siempre hace más ruido y hace que lo bueno parezca desaparecer.


Este año he aprendido que yo tengo que controlar la situación y tengo que dejar de quejarme para empezar a actuar, que no me pueden frenar mis miedos sino nunca llegaré a hacer nada que me haga realmente feliz.

Este año he aprendido a base de "disgustos" y malos tragos, pero hasta de lo peor se puede sacar algo bueno. Ahora esperaré al 2014 con ganas esperando que sea un año mejor.
Feliz navidad y próspero año nuevo.

domingo, 8 de diciembre de 2013

¿Cómo vivir siendo celíaco y no morir en el intento?

Todo celíaco se tiene que enfrentar a varías frases dichas por personas aleatorias de la vida que se repetirán durante toda su vida. Con las que tiene que aprender a convivir o hacerse con un rifle, disparar a todo aquel que diga alguna de esas frases recurrentes y posiblemente arriesgarse a quedarse solo en el mundo. Él y unos cuantos celíacos más.

Situación 1

Te encuentras con una persona con posibilidades, por sus síntomas, de ser celíaco. Con toda tu amabilidad le explicas sobre la enfermedad y le dices que él lo puede ser. Llegados a este punto, todo el mundo se siento como ofendido, como si los estuvieses insultando y entran en bucles de negación.

- NONONONONONO, que yo llevo toda la vida comiendo pan y estoy muy bien.

En ese momento subes los hombros y te decides a nunca volver a ser amable con ninguna otra persona explicándole sobre la posibilidad de padecer la enfermedad.

Situación 2

Persona aleatoria se entera de que eres celíaco. Te mira con cara de angustia y suelta.

PA: Entonces, ¿nunca has podido probar lo delicioso que es el pan recién hecho, tan esponjoso y calentito?

Eso, qué amable, tú sigue metiendo el dedo en la llaga.

Situación 3

Todo celíaco tiene que aceptar que cuando se vaya a cenar en grupo. Todos querrán compartir y tu serás el pobre marginado con tu plato individual. Y con tu cara permanente de asesino en serie para que a nadie se le ocurra meter la mano en tu plato y te jodan la triste ensalada que te tuviste que pedir porque estás cansado de explicarle a todos los camareros de la ciudad como tienen que cocinar aquello que te vayan a servir.



Situación 4

Llegas a un restaurante, decidido a pedir lo más sencillo que haya en la carta. Es decir, una chuleta con patatas. Te dispones a explicarle al camarero que el aceite en el que frían tus patata tiene que estar limpio. Aquí al camarero ya se lo pone cara de estar chupando un limón en gesto de "en aquí somos muy limpios, hombre por Dios.". Le sigues explicando que tienen que tener las manos limpias de pan o cualquier substancia con gluten cuando toquen tu comida. Y aquí llega el punto máximo de indignación camareril, momento en el que cualquier camarero se cruza de brazos con cara de señora indignada por lo que ha hecho la vecina del quinto y te dicen "oye, que aquí somos muy limpios."
Y ya no sabes si huir del país, o pedir tu ensalada de siempre al salir fuera de casa, que nisiquiera te gusta, y ya solo te queda rezar para que no se te ponga cara de lechuga.

Situación 5

Paras por delante de una pasteleria sería como un reto, con todos esos olores tan deliciosos. Donde siempre habrá alguien que te diga si entrais a comprar algo. Que en cualquier otro momento le perdonarías que se haya olvidado de que no puedes, pero en el momento que estás oliendo a croissant recien hecho, solo te apetece meterle un tenedor en un ojo y revolver.

Firmado: una celíaca más.

jueves, 5 de diciembre de 2013

La mágia de la vida.

Estar en la ducha sentiendo el agua caliente caer por tu cuerpo. Agarrar muy fuerte la taza de ese café caliente con tus manos frías. Reir hasta que te duela. Una llamada inesperada. Un regalo sin motivo. Ganar una apuesta. Ver la reacción de alguien cuando le das una sorpresa. Despertar y ver que aún te quedan horas para dormir. Que te dejen pasar en el supermercado porque solo llevas una cosa. Escuchar por casualidad como hablan bien de ti. Acabar un libro. Un día en la playa sin hacer nada. Despertar y quedarte bajo las sábanas calentitas cuando fuera hace frío.



Las indirectas. Ese cosquilleo en el estómago antes de enfrentarte a un reto. Cenar y recenar. Observar como alguien escucha tu canción favorita. Intercambiar sonrisas con desconocidos. Una película en la que no importa la historia si no la compañía. Cantar. Bailar. Pasar por una tienda sin esperar comprar nada y acabar con la prenda que llevabas mucho tiempo esperando.Un concierto.



Que no haya nadie en la cola del supermercado. Reventar papel de burbujas. Un abrazo cuando de verdad lo necesitas. Una obra de teatro. Escuchar tu música favorita en el coche y querer que el viaje sea infinito. Desayunar. Peinarte. La cuenta atrás para una fecha especial. Mirar tu película favorita repitiendo los diálogos que ya te sabes de memoria. Bizcocho recien hecho.